“Si yo cambio, todo cambia” :)

Atreverse a cambiar el rumbo implica constancia y hacer una marca en el presente que te dirija hacia tu sueño. No encontrarás la solución en los libros ni en cursos, ni en elementos externos, sino dentro de ti. Elige tu sueño y empieza poco a poco a hacer pequeños pasos hacía el. No te apegues al resultado, quizás jamás llegue, pero disfruta al máximo del camino.

Olvídate del reloj y guíate por tu brújula, a tu ritmo. En la vida, la precipitación nos lleva escoger la vía del tren equivocada. Cada decisión nos acerca o aleja de lo que deseamos. Vamos de trabajo en trabajo sin saber dónde nos dirigimos. ¿Cómo cambiar de vía?

Recuerda que hay muchas maneras de vivir, no sólo la que a ti te enseñaron. Muchos muros mentales nos impiden hacer pasos hacía dónde realmente queremos ir. Nos sentimos examinados, presionados… pero ¿quién te presiona? ¿Por qué corres?

Permítete soñar, permítete disfrutar del instante, permítete vivir, permítete hacer algo diferente. Nos dejamos influir por la opinión de los demás, por la presión (a veces inexistente) de los otros. ¿Por que no te dejas de pelear con la vida?

Porque lo realmente importante es ¿Qué vas a hacer tú con eso? Deja el mundo en paz y empieza con pequeños cambios que te conduzcan hacía tu sueño. Cambios homeopáticos, pequeños, pero muy importantes para ti. Tira abajo tus normas mentales, tus muros y, sobre todo, no te bloquees.

Sueña, camina con decisión y aprende en el camino. Quizás no te des cuenta pero estás en un laberinto que tú solo has creado y que no existe en realidad. Puedes actuar de otra manera. Además de hacer la primera marca busca entornos para hacer estos cambios y huye de aquellos que te alejan de ellos. Si te quedas, sabes seguro que te equivocas, si te vas, no lo sabes. Si no actúas por miedo al fracaso, ya estas fracasando. Entonces ¿De que tienes miedo?

Sé constante, comprométete con el cambio y permítete ver que pasa. Encuentra un espacio donde realmente estés siendo tú. Si no te imaginas nada, nada sucederá. El primer paso será explorar, sin precipitación. Si no quieres cambiar lo que tienes, no lo hagas, pero permítete experimentar. Sé flexible y observa los beneficios del cambio, no te quedes sólo con las dificultades. A partir de aquí tú decides. La vida es online, eres corresponsable de lo que te sucede.

No hay ningún buen día para empezar, hoy es un buen día. Depende de ti. Bienvenido al mundo adulto. Y recuerda, no olvides de celebrar tus buenos momentos.

Fuente: www.piensagratis.com

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